¿Quieres compartirlo?
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Menéame (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Bitácoras (Se abre en una ventana nueva)
En el dia del libro o, mejor, horas después de celebrarse, hay que decir que en España se sigue leyendo poquito. A razones de ideosincracia, culturales, de formación o de escasas exigencias en educación, se añaden ahora las económicas: no hay dinero para comprar libros y menos en las quasi vacías arcas mileuristas. Y muchos prefieren la telebasura.Tampoco los segmentos sociales con más poder adquisitivo se pirrian por los libros. Internet, además, ha hecho pupa. La adicción a la Red se concilia poco con la lectura sosegada de, por ejemplo, una buena novela histórica. Me dicen que el dia de Sant Jordi, en Barcelona, se ha vendido mucho la narrativa de Eduardo Mendoza. Me alegro pero sospecho que es un hecho aislado. En España no leen lo suficiente ni siquiera los políticos y por eso el debate ídem se ha empobrecido hasta límites insospechados. La decadencia de este país o Nación- en terminologia liberal- ha sido tan brutal que habría que escribirla. Sugiero a quien se atreva a empezar la historia con una de estas dos citas de Winston Churchill, Premio Nobel de Literatura por cierto: “Lo que este país necesita son más políticos desempleados” ó esta otra: “El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”. Un saludo. P.
Y tanto!!!